lunes, 27 de febrero de 2012

En la eternidad de mi sueño.

Te soñé y tenías una herida más que yo,
fue al principio que no lo podía creer,
pero eras tú y estabas frente a mí, al fin.


Con la fuerza de tus lágrimas me empujaste
contra el muro, haciendo preguntas deseando no
saber las respuestas.


No podía creer tu belleza.


Y yo trataba de hablar, de justificarme.


Lágrimas, locura y tristeza, todas en un grito
ahogado en mi garganta.


Y cuando por fin diría todo lo que siento, llorando
me abrazaste...


Nuestro primer abrazo, cálido y fuerte
en la eternidad de mi sueño



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